Clarice Lispector
Ediciones Corregidor

Clarice Lispector definió a La araña como un libro triste, un libro triste que me dio un placer enorme escribir. Publicada en 1946, esta segunda novela confirma a la excepcional narradora que ya se había anunciado en su primer libro, Cerca del corazón salvaje. Clarice Lispector nación en Ucrania en 1925, pero fue criada en Brasil. Murió en 1977 y dejó ocho novelas, ocho volúmenes de cuentos y cuatro libros de niños, además de innumerables crónicas periodísticas. La escritora francesa Hélène Cixous una de las estudiosas más destacadas de su obra dijo de Clarice: Ella era el resultado de haber nacido dos veces en poco tiempo, una vez en un continente, nacimiento retenido durante dos meses para renacer en otro continente, nacida dos veces de un viaje lento, difícil y precipitado, para finalmente llegar a la lengua brasileña. Después no dejó de seguir llegando a su propia lengua con ese ligero desfase. Lo que le otorgó para siempre tener esa suerte y esa extranjeridad: adoptaba el brasileño, lo descubría nuevo en cada frase.

La araña

La araña
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Clarice Lispector
Ediciones Corregidor

Clarice Lispector definió a La araña como un libro triste, un libro triste que me dio un placer enorme escribir. Publicada en 1946, esta segunda novela confirma a la excepcional narradora que ya se había anunciado en su primer libro, Cerca del corazón salvaje. Clarice Lispector nación en Ucrania en 1925, pero fue criada en Brasil. Murió en 1977 y dejó ocho novelas, ocho volúmenes de cuentos y cuatro libros de niños, además de innumerables crónicas periodísticas. La escritora francesa Hélène Cixous una de las estudiosas más destacadas de su obra dijo de Clarice: Ella era el resultado de haber nacido dos veces en poco tiempo, una vez en un continente, nacimiento retenido durante dos meses para renacer en otro continente, nacida dos veces de un viaje lento, difícil y precipitado, para finalmente llegar a la lengua brasileña. Después no dejó de seguir llegando a su propia lengua con ese ligero desfase. Lo que le otorgó para siempre tener esa suerte y esa extranjeridad: adoptaba el brasileño, lo descubría nuevo en cada frase.