Las razones por las que un país, una sociedad o un grupo de personas toman determinadas decisiones en ocasiones son misteriosas. Un observador distanciado les advertiría sobre su error y el seguro fracaso, pero las advertencias son desoídas. La ilusión manda. Pero no es una ilusión natural, sino que ha sido políticamente construida.

En este libro Daniel Muchnik analiza cuatro casos emblemáticos de proyectos destinados al fracaso que en su momento fueron abrazados por devoción ciega, y al cabo fatal: 1) el de los judíos italianos durante el régimen de Mussolini, miles de ellos afiliados al Partido Fascista, que luego serían víctimas de las leyes raciales dictados por el Duce; 2) el de los nazis, el de los alemanes, que hipnotizados por la ceguera de Hitler apoyaron la invasión a Rusia y empezaron allí a perder la Segunda Guerra Mundial; 3) el de la guerrilla argentina de los sesenta y los setenta, convencida primero por las teorías foquistas del Che, y luego por las utopías revolucionaria de sus líderes mesiánicos; 4) y por último, el de la Argentina que en su (mayoritario) conjunto abrazó dos fantasías económicas: la tablita de Martínez de Hoz y el Plan de Convertibilidad.

La negación de la realidad extrae de los casos estudiados lecciones que sirven para entender cómo se generaron estos estrepitosos fracasos y que a la vez nos advierten para no caer en futuras trampas.

La negación de la realidad

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Las razones por las que un país, una sociedad o un grupo de personas toman determinadas decisiones en ocasiones son misteriosas. Un observador distanciado les advertiría sobre su error y el seguro fracaso, pero las advertencias son desoídas. La ilusión manda. Pero no es una ilusión natural, sino que ha sido políticamente construida.

En este libro Daniel Muchnik analiza cuatro casos emblemáticos de proyectos destinados al fracaso que en su momento fueron abrazados por devoción ciega, y al cabo fatal: 1) el de los judíos italianos durante el régimen de Mussolini, miles de ellos afiliados al Partido Fascista, que luego serían víctimas de las leyes raciales dictados por el Duce; 2) el de los nazis, el de los alemanes, que hipnotizados por la ceguera de Hitler apoyaron la invasión a Rusia y empezaron allí a perder la Segunda Guerra Mundial; 3) el de la guerrilla argentina de los sesenta y los setenta, convencida primero por las teorías foquistas del Che, y luego por las utopías revolucionaria de sus líderes mesiánicos; 4) y por último, el de la Argentina que en su (mayoritario) conjunto abrazó dos fantasías económicas: la tablita de Martínez de Hoz y el Plan de Convertibilidad.

La negación de la realidad extrae de los casos estudiados lecciones que sirven para entender cómo se generaron estos estrepitosos fracasos y que a la vez nos advierten para no caer en futuras trampas.