C. Castagna
Caleta Olivia

¿Qué es lo que ya no existe, pero que vuelve a aparecer en estas páginas? Son ciertos espacios, ciertos consumos culturales, ciertos hábitos, ciertos recorridos del trabajo y de las fiestas por la Buenos Aires de principios del siglo XXI. Hay una sospecha de que fue bastante lo que no se logró, que se perdió, en la vida de quienes ingresaron a la juventud a finales de los noventa. Este libro presenta un relato coral de búsquedas, de derroches, de momentos de goce estético, de aspiraciones, aunque lo incompleto o frustrado de estas aspiraciones no reduce en absoluto el disfrute por la evocación de esas escenas, sino que lo potencian. Un escenario que, como la casa que describe uno de los personajes, comenzó a pintarse del color equivocado, se interrumpió y quedó a medias para siempre, como símbolo de lo que no fue. Búsquedas individuales que determinan lo fugaz y esquivo también en el terreno del amor, aunque la intensidad finalmente aparece en los momentos de encuentro. Por cierto, lo que aún sigue existiendo es la literatura como pasión presente en la vida de los personajes y en la escritura de estos textos; la literatura que de diversas formas nos asegura que, como sea, bajo el sol, la lluvia o en el clímax de la trasnoche, la fiesta puede seguir.

Eduardo Muslip

Lo que ya no existe

Lo que ya no existe
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C. Castagna
Caleta Olivia

¿Qué es lo que ya no existe, pero que vuelve a aparecer en estas páginas? Son ciertos espacios, ciertos consumos culturales, ciertos hábitos, ciertos recorridos del trabajo y de las fiestas por la Buenos Aires de principios del siglo XXI. Hay una sospecha de que fue bastante lo que no se logró, que se perdió, en la vida de quienes ingresaron a la juventud a finales de los noventa. Este libro presenta un relato coral de búsquedas, de derroches, de momentos de goce estético, de aspiraciones, aunque lo incompleto o frustrado de estas aspiraciones no reduce en absoluto el disfrute por la evocación de esas escenas, sino que lo potencian. Un escenario que, como la casa que describe uno de los personajes, comenzó a pintarse del color equivocado, se interrumpió y quedó a medias para siempre, como símbolo de lo que no fue. Búsquedas individuales que determinan lo fugaz y esquivo también en el terreno del amor, aunque la intensidad finalmente aparece en los momentos de encuentro. Por cierto, lo que aún sigue existiendo es la literatura como pasión presente en la vida de los personajes y en la escritura de estos textos; la literatura que de diversas formas nos asegura que, como sea, bajo el sol, la lluvia o en el clímax de la trasnoche, la fiesta puede seguir.

Eduardo Muslip