Federico Yañez     
AGUILAR

A partir de la semblanza de un grupo de personajes fundamentales -y de la investigación de prácticas de clubes, sindicatos y comisiones directivas-, el periodista Federico Yáñez ensaya un cuadro integral del lugar que ha alcanzado en los últimos años el deporte, como foco de un enorme poder económico y plataforma de lanzamiento de carreras políticas. En otras palabras, nos cuenta quiénes son en la Argentina los dueños de la pelota.

El deporte se ha convertido en un foco de poder muy grande en los últimos años. Los triunfos en mundiales y juegos olímpicos les han permitido a muchos dirigentes escalar gracias a los éxitos de los atletas que conducen. El caso más resonante es el de Mauricio Macri, quien -tras doce años como presidente de Boca- ganó la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y ocho años después, la presidencia de la nación. El deporte no solo abre las puertas de una carrera política sino también es un refugio en donde encontrar una legitimación social que no se tiene, como le ha pasado a Hugo Moyano en Independiente, donde logró cautivar a la esquiva clase media. Las comisiones directivas de federaciones y clubes están plagadas de políticos, sindicalistas y empresarios que, no conformes con el poder que manejan, buscan más o buscan mejor.

En la actualidad, dirigir River o Boca es más importante que dirigir un ministerio. Conducir la AFA habilita el manejo de sumas económicas mayores que las de muchas grandes empresas. Y ser campeón en un mundial puede ser más fuerte a nivel popular que ganar una elección presidencial. La industria del deporte administra alrededor de setecientos mil millones de dólares a nivel global y su potencial de expansión parece ilimitado. Un triunfo deportivo le permite a un dirigente pasar de ser un ferretero a "vicepresidente del mundo", como le gustaba decir a Julio Humberto Grondona. La dirigencia hace posible el acceso a un poder inusitado, aferrarse al que ya se tiene, ampliarlo y fortalecerlo. Gremialistas, empresarios, exdeportistas y dirigentes políticos confluyen en un libro que se pregunta quiénes son hoy en la Argentina los dueños de la pelota:

-Agustín Pichot: vicepresidente de World Rugby
-Carlos Mac Allister: secretario de Deportes
-Fernando Aguerre: presidente de la ISA (International Surfing Association)
-Gerardo Werthein: titular del Comité Olímpico Argentino
-Horacio Muratore: presidente de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto)
-Matías Lammens: presidente de San Lorenzo, extesorero de la AFA
-Pepe Sánchez: presidente de Bahía Basket
-Rodolfo D'Onofrio: presidente de River
-Víctor Blanco: presidente de Racing, exdirector de Selecciones Nacionales
-Chiqui Tapia: presidente de la AFA, expresidente de Barracas Central
-Daniel Angelici: presidente de Boca
-Hugo Moyano: presidente de Independiente y titular de la CGT Azopardo

Los dueños de la pelota. Clubes, dinero y política. Los personajes más poderosos del deporte en la Argentina

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AGUILAR

A partir de la semblanza de un grupo de personajes fundamentales -y de la investigación de prácticas de clubes, sindicatos y comisiones directivas-, el periodista Federico Yáñez ensaya un cuadro integral del lugar que ha alcanzado en los últimos años el deporte, como foco de un enorme poder económico y plataforma de lanzamiento de carreras políticas. En otras palabras, nos cuenta quiénes son en la Argentina los dueños de la pelota.

El deporte se ha convertido en un foco de poder muy grande en los últimos años. Los triunfos en mundiales y juegos olímpicos les han permitido a muchos dirigentes escalar gracias a los éxitos de los atletas que conducen. El caso más resonante es el de Mauricio Macri, quien -tras doce años como presidente de Boca- ganó la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y ocho años después, la presidencia de la nación. El deporte no solo abre las puertas de una carrera política sino también es un refugio en donde encontrar una legitimación social que no se tiene, como le ha pasado a Hugo Moyano en Independiente, donde logró cautivar a la esquiva clase media. Las comisiones directivas de federaciones y clubes están plagadas de políticos, sindicalistas y empresarios que, no conformes con el poder que manejan, buscan más o buscan mejor.

En la actualidad, dirigir River o Boca es más importante que dirigir un ministerio. Conducir la AFA habilita el manejo de sumas económicas mayores que las de muchas grandes empresas. Y ser campeón en un mundial puede ser más fuerte a nivel popular que ganar una elección presidencial. La industria del deporte administra alrededor de setecientos mil millones de dólares a nivel global y su potencial de expansión parece ilimitado. Un triunfo deportivo le permite a un dirigente pasar de ser un ferretero a "vicepresidente del mundo", como le gustaba decir a Julio Humberto Grondona. La dirigencia hace posible el acceso a un poder inusitado, aferrarse al que ya se tiene, ampliarlo y fortalecerlo. Gremialistas, empresarios, exdeportistas y dirigentes políticos confluyen en un libro que se pregunta quiénes son hoy en la Argentina los dueños de la pelota:

-Agustín Pichot: vicepresidente de World Rugby
-Carlos Mac Allister: secretario de Deportes
-Fernando Aguerre: presidente de la ISA (International Surfing Association)
-Gerardo Werthein: titular del Comité Olímpico Argentino
-Horacio Muratore: presidente de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto)
-Matías Lammens: presidente de San Lorenzo, extesorero de la AFA
-Pepe Sánchez: presidente de Bahía Basket
-Rodolfo D'Onofrio: presidente de River
-Víctor Blanco: presidente de Racing, exdirector de Selecciones Nacionales
-Chiqui Tapia: presidente de la AFA, expresidente de Barracas Central
-Daniel Angelici: presidente de Boca
-Hugo Moyano: presidente de Independiente y titular de la CGT Azopardo