Andrés Neuman

Gog & Magog - Poesía

 

"El arte de narrar puede consistir en replegar las velas de la lógica y dar lugar al habla desquiciada. Cuando eso ocurre, el narrador se queda en un paréntesis y observa el poema que lo rodea como un paisaje que siempre estuvo ahí. El horizonte no está a la vista porque el patio sólo mira al cielo. El narrador y el poeta tensan la lengua y disparan.

En el paréntesis del patio habita tanta gente como en una sola cabeza: el loco astuto, el loco veterano, el loco anónimo, el locorubio y el loco de la muleta rota.

Del otro lado de la conciencia y las pastillas deambulan también el doctor nube, la enfermera y el celador. Hay que aprender "a distinguir los locos de los locos", murmura el veterano. Una tripulación alucinada que levantavuelo y monta una escena para guiñol. (El poeta astuto arma hemistiquios como mitades de uno adonde van a dar clases.) 

Andrés Neuman ha escrito un libro que se cuela con gracia y sensibilidad en el delirio del hospicio, un espacio acotado en el que no hay necesidad de aclaraciones porque "hay cosas que se aplastan si se explican", y donde las fronteras son convenciones que se ablandan:

"afuera canta un grillo como loco

adentro picotea la cortdura".

Un poemario que deja al descubierto los desvaríos de la razón."

 

                                                                                           Gabriela Franco

Patio de locos

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Andrés Neuman

Gog & Magog - Poesía

 

"El arte de narrar puede consistir en replegar las velas de la lógica y dar lugar al habla desquiciada. Cuando eso ocurre, el narrador se queda en un paréntesis y observa el poema que lo rodea como un paisaje que siempre estuvo ahí. El horizonte no está a la vista porque el patio sólo mira al cielo. El narrador y el poeta tensan la lengua y disparan.

En el paréntesis del patio habita tanta gente como en una sola cabeza: el loco astuto, el loco veterano, el loco anónimo, el locorubio y el loco de la muleta rota.

Del otro lado de la conciencia y las pastillas deambulan también el doctor nube, la enfermera y el celador. Hay que aprender "a distinguir los locos de los locos", murmura el veterano. Una tripulación alucinada que levantavuelo y monta una escena para guiñol. (El poeta astuto arma hemistiquios como mitades de uno adonde van a dar clases.) 

Andrés Neuman ha escrito un libro que se cuela con gracia y sensibilidad en el delirio del hospicio, un espacio acotado en el que no hay necesidad de aclaraciones porque "hay cosas que se aplastan si se explican", y donde las fronteras son convenciones que se ablandan:

"afuera canta un grillo como loco

adentro picotea la cortdura".

Un poemario que deja al descubierto los desvaríos de la razón."

 

                                                                                           Gabriela Franco