Osvaldo Soriano
Editorial: Editorial Planeta

Stan Laurel, el famoso actor que protagonizó junto a Oliver Hardy la inolvidable serie El Gordo y el Flaco y más de trescientas películas, que recibió incluso un Oscar, cree que, con sus setenta y cinco años, el fin de su carrera como cómico ha llegado: no hay quien lo llame para ofrecerle trabajo. ¿Qué hacer? La única salida que se le ocurre es ir a ver a Philip Marlowe, el sagaz detective creado por el escritor norteamericano Raymond Chandler. Stan necesita saber por qué todo el mundo se ha olvidado de él. En esta formidable parodia sobre el cine norteamericano, las series y la narrativa policial todo puede pasar, incluso que el autor se cuele en algunas escenas para divertirse un rato, de la misma manera que lo hizo Hitchcock en varias de sus películas.
Con la publicación de Triste, solitario y final en 1973, Osvaldo Soriano, que había trabajado hasta ese momento sólo como periodista, se dio a conocer también como narrador. Original, ágil y tierna, excelentemente escrita, esta novela es un claro homenaje a lo mejor del cine y de la literatura.


EDICIÓN ESPECIAL PARA EL TRABAJO EN EL AULA CON GUÍA DE ACTIVIDADES DE PRELECTURA, ANÁLISIS Y LECTURA COMPRENSIVA, Y TALLER DE ESCRITURA.

Triste, solitario y final.

Triste, solitario y final.
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Osvaldo Soriano
Editorial: Editorial Planeta

Stan Laurel, el famoso actor que protagonizó junto a Oliver Hardy la inolvidable serie El Gordo y el Flaco y más de trescientas películas, que recibió incluso un Oscar, cree que, con sus setenta y cinco años, el fin de su carrera como cómico ha llegado: no hay quien lo llame para ofrecerle trabajo. ¿Qué hacer? La única salida que se le ocurre es ir a ver a Philip Marlowe, el sagaz detective creado por el escritor norteamericano Raymond Chandler. Stan necesita saber por qué todo el mundo se ha olvidado de él. En esta formidable parodia sobre el cine norteamericano, las series y la narrativa policial todo puede pasar, incluso que el autor se cuele en algunas escenas para divertirse un rato, de la misma manera que lo hizo Hitchcock en varias de sus películas.
Con la publicación de Triste, solitario y final en 1973, Osvaldo Soriano, que había trabajado hasta ese momento sólo como periodista, se dio a conocer también como narrador. Original, ágil y tierna, excelentemente escrita, esta novela es un claro homenaje a lo mejor del cine y de la literatura.


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