Sidonio Rosa, un médico portugués, llega a un pequeño y remoto pueblo africano, Villa Cacimba. Está a la búsqueda de una mujer, Deolinda, que lo cautivó en Lisboa y lo abandonó por misteriosas razones. Un sueño le dice que ahí puede encontrarla; si tal cosa no sucede, al menos descubrir por qué lo dejó.  

De inmediato descubre que su primer paciente, Bartolomé Sozinho, un marino legendario y ahora cerca de la muerte, y su esposa, Munda, una hechicera ambigua y sensual, pueden resolver el enigma. Sin embargo, no hay línea recta en los desencuentros del amor. La pareja vive cerca del cementerio, en una calle que casi nadie pisa; los une la pasión, los secretos y el rencor. Sidonio cae en esa red, una red de traiciones e invenciones, que, irá descubriendo, se extiende a todo el pueblo. ¿Es Deolinda hija de Sozinho y Munda? ¿Dónde están las cartas que supuestamente escribe? ¿Por qué no aparece? ¿Qué rol juega Alfredo Su excelencia, corrupto administrador de ese lugar perdido, viejo rival de Bartolomé, pretendiente de Munda y que tiene su propia versión de la historia de Deolinda?  

Con un eximio dominio de la escritura, Mia Couto escribió una novela cautivadora. Venenos de Dios, remedios del Diablo narra la búsqueda de un amor perdido, la pretensión de encontrar una razón para vivir y el modo en que la ilusión y la mentira pueden ayudar a dominar los duraderos fantasmas del pasado y los dramas de un tórrido presente. Cuando la realidad quiere someternos, los sueños, aunque sea brevemente, nos liberan. La obra de Mia Couto, un autor de referencia en la actualidad, ejerce con autoridad y humor esta consigna.

Venenos de Dios, remedios del Diablo

Venenos de Dios, remedios del Diablo
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Sidonio Rosa, un médico portugués, llega a un pequeño y remoto pueblo africano, Villa Cacimba. Está a la búsqueda de una mujer, Deolinda, que lo cautivó en Lisboa y lo abandonó por misteriosas razones. Un sueño le dice que ahí puede encontrarla; si tal cosa no sucede, al menos descubrir por qué lo dejó.  

De inmediato descubre que su primer paciente, Bartolomé Sozinho, un marino legendario y ahora cerca de la muerte, y su esposa, Munda, una hechicera ambigua y sensual, pueden resolver el enigma. Sin embargo, no hay línea recta en los desencuentros del amor. La pareja vive cerca del cementerio, en una calle que casi nadie pisa; los une la pasión, los secretos y el rencor. Sidonio cae en esa red, una red de traiciones e invenciones, que, irá descubriendo, se extiende a todo el pueblo. ¿Es Deolinda hija de Sozinho y Munda? ¿Dónde están las cartas que supuestamente escribe? ¿Por qué no aparece? ¿Qué rol juega Alfredo Su excelencia, corrupto administrador de ese lugar perdido, viejo rival de Bartolomé, pretendiente de Munda y que tiene su propia versión de la historia de Deolinda?  

Con un eximio dominio de la escritura, Mia Couto escribió una novela cautivadora. Venenos de Dios, remedios del Diablo narra la búsqueda de un amor perdido, la pretensión de encontrar una razón para vivir y el modo en que la ilusión y la mentira pueden ayudar a dominar los duraderos fantasmas del pasado y los dramas de un tórrido presente. Cuando la realidad quiere someternos, los sueños, aunque sea brevemente, nos liberan. La obra de Mia Couto, un autor de referencia en la actualidad, ejerce con autoridad y humor esta consigna.